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Lana sucia, cuero de guanacos y plumas en la primera exportación barilochense

  • Foto del escritor: Veronica Aldonatti
    Veronica Aldonatti
  • 21 jul
  • 3 Min. de lectura

Las primeras exportaciones del área barilochense no se hicieron a través del océano Atlántico sino a través de la cordillera y quizá llamen la atención por su carácter marcadamente rural. Cuando el Nahuel Huapi se incorporó al circuito comercial que vinculaba a Chile con Alemania, salieron de aquí lana sucia, crin de caballo, cueros de guanaco, plumas de avestruz y cueros de oveja. Todavía faltaba mucho para el chocolate y la cerveza.



En la primera década del siglo XX “se inició un asiduo tráfico comercial entre Puerto Montt y Hamburgo”, contextualiza la historiadora Laura Méndez en “Estado, frontera y turismo. Historia de San Carlos de Bariloche” (Prometeo Libros – 2010). Ese proceso podría pensarse ajeno si se viera desde hoy, pero incidió notablemente en la suerte de Bariloche por espacio de tres décadas. “En 1910, y debido a la magnitud de las operaciones comerciales, la Cosmos decidió emprender viajes directos Hamburgo-Bremen-Puerto Montt, con una frecuencia de un vapor cada seis semanas”.



Se trataba de una compañía naviera que precisamente, tenía sede en el primero de los puertos alemanes. “La Chile-Argentina fue elegida como agente consignatario de la compañía de navegación”. Era la célebre empresa que tenía fuertes y cuantiosos intereses a los dos lados de la frontera. “El vapor Artemisa, de la Cosmos recibía carga para Corral, Coronel, Coquimbo, Antofagasta, Talcahuano, Valparaíso, Iquique y Arica”, añade el relato de Méndez. Todos puertos sobre el Pacífico chileno.



“Si bien resulta imposible cuantificar el tráfico de ganado y lanas del Nahuel Huapi a Puerto Montt en este período, por la falta de registros aduaneros y guías de traslado de animales, el trabajo en archivos chilenos permitió identificar, a través de la prensa regional del sur de Chile, el impacto que la producción del Gran Lago produjo en el mercado consumidor chileno y en la actividad comercial puertomontina”, establece la investigación.



Por entonces entraron en escena dos hombres poderosos económicamente, que mucho tuvieron que ver en los orígenes económicos de esta ciudad. “Rodolfo Achelis, accionista de la Roland Linie, fue quien incorporó, junto a Federico Hube, la región del Nahuel Huapi al circuito comercial, llevando a ella productos de origen chileno y manufacturas importadas de Alemania y recibiendo del Gran Lago lanas, cueros, plumas y ganado en pie”.



Al menos formalmente, el movimiento empezó con el siglo. “La primera transacción está fechada en junio de 1900, consignándose una exportación al Nahuel Huapi de 4.018 bultos de mercadería, en su gran mayoría de origen chileno: vinos, fideos, frijoles, cervezas, harinas, mantecas y conservas. En ese año se recibieron (en Chile) desde la región del Gran Lago 4.347 sacos de lana sucia de oveja, 10 sacos de crin, 10 sacos de cuero de guanaco, 10 cajones de plumas de avestruz y 77 atados de cueros de oveja”. Toda producción primaria.



Las transacciones no hicieron más que crecer. “En julio de 1902 y a fines de ese mismo año, (el diario puertomontino) El Llanquihue publicó sendos artículos acerca del movimiento comercial que hubo en el resguardo del Nahuel Huapi durante el año 1902”, añade la investigación de la historiadora. “Si bien es difícil inferir el impacto económico para la comunidad regional de los volúmenes de importaciones y exportaciones, los datos resultan relevantes para dar cuenta de la continuidad del comercio entre ambos países y de su aumento de un semestre a otro, así como del tipo de mercancías que se enviaban y recibían”.



Cualquiera diría que, por entonces, el Nahuel Huapi era básicamente un distrito ovejero, porque “de los guarismos puede inferirse que la lana era el insumo de mayor impacto en las exportaciones a Chile -en cuanto al volumen y precio-, aunque no el único, ya que también se exportaba ganado en pie, cueros (de ovejas, vacas y guanacos), crines, plumas de avestruz (segundo ítem en cuanto a valor) y charqui”. Los paréntesis están en el texto original.



“De acuerdo con esta fuente”, es decir, la publicación puertomontina, “llegaban desde Chile comestibles de producción nacional por un precio levemente inferior al del total de las exportaciones. Estos datos permitirían pensar que, a principios del siglo (por el XX), balanza comercial estaba casi equilibrada en cuanto al monto total de exportaciones e importaciones”, concluye la investigadora.



El proceso desembocó en una rápida expansión. El intercambio mercantil entre Puerto Montt y Bariloche contribuyó a que la casa comercial, propiedad de Hube y Achelis primero y de la Chile-Argentina después, creciera muy rápidamente, convirtiéndose en la principal casa comercial puertomontina y en el principal comercio de San Carlos de Bariloche”. Pero esa es otra historia y relativamente conocida.

Fuente: El Cordillerano

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